Datos personales

Mi foto
Capital Federal, Buenos Aires, Argentina

28 oct 2011

"EL GRAN HOTEL"




Hubo un día en que mi vida cambió por completo, bah… que digo un día, en tan sólo seis horas de operación sucedió todo.
Fue un 27 de enero de 2010 en que ingresé a la guardia del Hospital Ramos Megía y en el transcurso de ese mismo día y luego de numerosos estudios y ya trasladado  a una sala común  con otros 20 pacientes (cama 142) es que se produce el ingreso de un grupo de neurocirujanos dispuestos a darme la noticia que consistía, ni mas ni menos, que deberían someterme a una intervención quirúrgica para retirar de mi espalda una masa osteomielítica que habría destruido por completo mi tercer vértebra dorsal, reconstruyendo la misma con hueso sacado de mi propia cadera.
El pronóstico de esta operación era totalmente incierto: hasta no abrir no sabríamos cuán comprometida estaría mi médula y lo mas terrible de todo era que ellos no aseguraban  si volvería a caminar o no.
Resultados: la masa ostiomielítica  era mucho mas grande de lo esperado y hasta el día de hoy no volví a caminar, no sólo eso, tengo sensibilidad en tan sólo una cuarta parte de mi cuerpo, brazos, cabeza y una parte de mi torso.
Imagínenme tratando de explicarme tanta desgracia. Lo primero que pensé era: ya no más 5, 6, 7 y 8… es decir no mas coreografías, lo segundo y no mas sencillo que lo primero: ya no volvería a sentir el piso, la arena de una playa,, ni nada que mis pies y piernas pudieran pisar…
Allí me detuve, era preferible no seguir pensando mas en todo lo que ya no podría hacer y ver como seguir  y en ese “como seguir” estaba involucrada mi vieja (quien sino) “la Betty” que sería en adelante la luz que guiaría mi camino ya que sabía que parado, sobre una silla de ruedas o arrastrándome, ella siempre estaría.
En esos días recibo el obsequio de Liz (hermana de Diego Veronesi, director y autor de las comedias musicales en las que actualmente trabajaba en el Paseo la Plaza) de un MP3. Entre tanta desazón la llegada de música en mi vida era un gran abrazo a mi alma y una canción de la artista a cual admiré toda mi vida (Valeria Lynch) se convirtió en el himno que  sonaría en mis oídos cada vez que el mundo estuviera por venirse abajo.



“QUISIERA SER TU LUZ”

Cuando sientas que no puedes más
si la vida te tendió una trampa..
Cuando estés cansado de llorar,
y solo pienses en tomar revancha.
El mundo gira, como lo haces tú,
y tu eje.. dónde está?
Quién te ayudará
y te hará ver la realidad?
Yo soy la que estará,
amándote al final.
En éste cielo azul,
quisiera ser tu luz.
Te enseñaré a volar,
te ayudaré a seguir
y cada día volverán,
todos tus sueños, a empezar.

Día a día vives sin parar
malgastando tus horas al viento.
Noche a noche hay tanta oscuridad..
Si pudieras detener el tiempo!
Se que estaría el sol en su lugar,
pero ahora, dónde está?
Quién te ayudará,
y te hará ver la realidad?
Yo soy la que estará,
amándote al final.
En éste cielo tan azul,
quisiera ser tu luz.
Te enseñaré a volar,
te ayudaré a seguir
y cada día volverán,
todos tus sueños, a empezar.

 


La letra de esa canción cantada por Valeria y con el rostro, la fuerza y presencia de mi vieja me ayudaban a seguir día a día.
Internado en la sala de Clínica Médica  del segundo piso, cama 142 estuve los tres primeros meses donde recibía  muchas visitas quedándome muy pocas horas para pensar y “hacerme la cabeza” sobre lo que estaba viviendo.
La situación económica me preocupaba ya que no generaba ingresos  y de no ser por la ayuda de aquellos que me visitaban no sé cómo hubiera hecho para que, junto a mi madre, afrontáramos dicha situación.
Caprichoso y mañoso respecto a las comidas debía adecuarme a la dieta astringente que tenia a causa de una colitis que no cesaba.
Pollo y arroz sin sal ni aceite eran  mi alimento diario hasta que, un día, dije “basta”       ( creía que no comiendo cesaría la diarrea pero nada parecido ocurrió sino todo lo contrario: vino la deshidratación, el descenso de potasio, las vías centrales, ya que no encontraban mas vías periféricas donde pasar los antibióticos y sueros también tratando  de combatir la bacteria “ictericia Colis” que contraje en el quirófano durante la operación).
Mi vecino de enfrente “Edmundo” (cama 102) un señor ex policía superando una hemiplejía con serias secuelas en su mano izquierda, totalmente cerrada, al crecer sus  uñas le producían un gran dolor  constante cuando se encanában las mismas en su propia palma de la mano.
Edmundo estaba internado 8 meses antes que yo. Dicen que, al principio, caminaba pero siempre trataba de escaparse, razón por la cual lo mantenían contenido (atado a la cama y desnudo), lo que provocó que sus piernas se entumecieran y ya no pudiera volver a caminar.
Edmundo era llamado por los enfermeros de fin de semana “Inmundo”, los cuales se divertían levantándolo de brazos y piernas balanceándolo con la amenaza de arrojarlo fuera de la cama (broma que nos hacía reír a todos pero que a ninguno nos hubiese gustado que nos hicieran).
El era, realmente, insoportable, comía sin parar lo que correspondía a su dieta mas todo lo que las voluntarias u otros pacientes no consumíamos.
Permanecería en el hospital hasta que los asistentes sociales le consiguieran un geriátrico del estado ya que sus dos hermanos aducían no poder hacerse cargo de él.
Recuerdo el día en que se fue, generó un aplauso general de médicos, residentes, enfermeros y pacientes, mientras que el sonreía y saludaba con la única mano que podía mover.
Al lado de Edmundo, se encontraba “Daniel” (104) que fue internado el 24 de diciembre, mismo día en que un año después, falleció. Sin familiares, solo un amigo al que llamaba primo el que se encargaba de realizar todos los trámites para conseguir la medicación oncológica luego de detectarle cáncer en grado de metástasis comprometiendo su colon y páncreas debido a su adicción por la bebida que lo llevo a ingerir hasta alcohol puro, escondiendo los enfermeros todo lo que pudiera ser una tentación para él.
Sólo tengo palabras de agradecimiento hacia su persona, generoso, siempre dispuesto a ayudarnos a los que nos veíamos imposibilitados de caminar, aún cuando ya casi no podía hacerlo. Un poco mayor que yo, es con él que comencé a darme cuenta que muy poca gente que ingresaba y era internada salía con vida. Desde ese momento decidí llamarlo “GRAN HOTEL DE LA MUERTE”.
Luego de esos tres meses y ya encontrándome clínicamente estable tramitan una “evaluación” para ver si podrían trasladarme al Hospital Roca para rehabilitación, efectuados los trámites quedo en lista de espera hasta que existiera una vacante para mi.
Pocos días después es que puedo ingresar al Roca por intermedio de mi amiga Silvana y comienzo allí mi rehabilitación. Mi experiencia fue pasar de un pensionado a un hotel 5 estrellas en todo sentido.
Mi ánimo cambió por completo, allí las camas están dotadas de un trapecio que me permitía trabajar fuerza de brazos y rotarme cada dos horas, fundamental para la recuperación de una escara sacra (4to. Grado) que se me formó en el gran hotel de la muerte por no rotarme como era debido.
Lamentablemente mi cuerpo otra vez volvió a fallarme, al mes y medio comencé a tener fiebre muy alta y colitis. Por lo visto del Ramos Megía me habían mandado con una bacteria llamada “VANCO R” alojada en mi flora intestinal. Así es como prácticamente y de una patada ( no se me ocurre otra manera de ejemplificarlo) me devolvieron derechito al Gran Hotel nuevamente.
Luego de permanecer tres días en la PB (lugar que prefiero ni recordar) es que mi madre logra, tras una larga discusión con el jefe de la sala, que me suban al segundo piso para ser atendido por los mismos médicos que durante los tres primeros meses trataron de buscar el porqué de esa masa hostio mielítica que me dejo parapléjico.
OH, sorpresivamente mis estudios y resumen clínico de la primera internación nunca se pudo encontrar, hecho que hasta la actualidad nos llena de desconfianza y produce una sensación de sospecha absoluta por los resultados tan inciertos que dejaron aquella intervención quirúrgica abrupta que no nos dio tiempo para realizar ningún tipo de interconsulta médica para aclarar el panorama.
Ya en el segundo piso, pero en un cuartito aislado para no contagiar a los demás pacientes (aislamiento de contacto) fui atendido por el mismo equipo médico que participó de la primera internación pero a cargo de una nueva médica Residente.
Un aislamiento irrisorio y hasta burlesco ya que las paredes de la habitación no llegaban hasta el techo y muchas veces enfermeros y médicos ingresaban sin camisolín y guantes. De esa manera es que existen tantas “BACTERIAS INTRAHOSPITALARIAS” pero, está de más decir, que ellos nunca van a reconocer lo que acabo de mencionar.
En esta segunda internación los médicos se dedicaron a la búsqueda del porqué de mi fiebre constante, allí descubren, mediante una ecografía, una mancha en mi hígado la cual deciden biopciar.
Pequeño detalle: olvidaron que estaba anticoagulado y dicha punción provocó una hemorragia intestinal, por lo que esa misma noche me abrieron el abdomen para extraer la sangre desparramada por todo mi interior. Dos litros fueron retirados mas la sangre que me siguió saliendo por los tres drenajes que colgaban de mi panza.
Así iban pasando los días escuchando órdenes de un médico (jefe de residentes) y las sucesivas contraórdenes  del jefe de la sala, accionar por el cual logro entender a los Residentes que muchas veces  no quieren tomar decisiones  para no ser reprimidos  por estos superiores que una recorrida de lunes a viernes  durante dos horas pretenden resolver mas de veinte casos pasándoles la posta durante el resto del día y fines de semana a aquellos aprendices todavía quienes totalmente mareados por tantas contradicciones, muchas veces, no saben como accionar.
A otro Daniel (cama 122) que padece de diabetes y le amputaron una pierna le presté mi silla de ruedas ya que yo no podía usarla por el momento. Con él compartíamos, mientras todos dormían (incluidos enfermeros) de un cigarrillo muy de vez en cuando y charlas interminables de música, arte y otros temas que nos mantenían lúcidos y ayudaban a pasar los malos momentos. Mujeriego y charlatán para él no existía dificultad alguna a la hora de ir a los “bifes” jajaja se las arreglaba de la mejor manera!.
El vicio del cigarrillo pude mantenerlo durante cuatro o cinco noches ya que comenzó una tos que se convirtió en neumonía y esa neumonía en un lavado de pulmón, en esta ocasión dejaron líquido dentro el que costó mas de un mes en reabsorverse solo.
Entre una mala praxis y otra pase por dos bacteremias que me llevaron a conocer esa puertita que se abre cuando nos vamos al mas allá, sólo que no me abrieron dicha puerta y de una patada me trajeron nuevamente al “mas acá”.
Así fueron muriendo de un paro respiratorio el 138 ( el aparato para resucitar no funcionaba) el 106 (anciano al que los enfermeros dejaron la medicación fuera de su alcance y pasadas mas de ocho horas ni siquiera se percataron que no las había tomado), el 110, 130, 126, 116, 118 y 120 y estoy solamente nombrando a aquellos que se encontraban en mi misma sala.
Fernando era otro internado, la única persona que conocí ahí adentro que estaba feliz de permanecer allí, es mas, prácticamente tuvieron que sacarlo de patitas a la calle para que vuelva a su casa porque no quería irse. Luego de su alta concurría a visitarme casi diariamente, nos hicimos amigos o, mas bien, compañeros de ruta.
Un día de noviembre otro paciente se asoma a mi habitación, se presenta como Ernesto y me cuenta que había conocido a un grupo de personas que estaban haciendo mucho por él y me pregunta si yo estaba dispuesto a recibirlos y aceptar su ayuda.
Inmediatamente le dije que si y a los pocos días Gilda apareció en mi vida, un ser humano muy especial, luchadora incansable que con el tiempo fui conociendo y su historia de vida me resultó digna de admirar. Ella me dijo: Hola Rodrigo, “vos vas a salir adelante”. Esas palabras fueron pronunciadas con una entereza y seguridad que logró hacer ese clik en mi… No lo sé… habrán sido sus ganas de vivir o su espíritu de lucha o lo que fuese pero me lo transmitió. Luego y a través de ella comenzaron a visitarme: Marcela, Juanjo, Valeria y Alejandro, Hernán, Roberta y por su intermedio muchísima gente que expresaba su apoyo de mil maneras distintas.
Silvana, mi amiga comenzó a contactarse con Valeria y juntas hicieron causa común para cada cosa que necesitábamos con mi mamá.
El Grupo de teatro “Ensamble” realizo una función a mi beneficio, sorteos, Moni hacia todos los fines de semana magdalenas y cosas ricas para que Ale vendiera en el teatro y así innumerables muestras de apoyo y afecto.
Abría o cerraba los ojos o cada vez que mi mama avisaba que mi situación era muy comprometida allí estaba siempre mi amiga Silvana, cuanta paciencia, cuantas palabras sabias, cuántas lágrimas y risas cuanta ternura y amor desinteresado, Sil fue mis ojos cuando mi vista se nublaba y mis manos cuando quería contarles a ustedes por Internet como iban las cosas con respecto a mi salud y tantas otras veces el sostén de mi vieja cuando creía flaquear.
Cuando volaba en fiebre Ivana o Jorge traían hielo, a cualquier hora o bajo la lluvia.
Susana y Alejandro estaban ahí cada vez que dudábamos de los diagnósticos o necesitábamos alguien idóneo para que pudiera hablar con los médicos como pares.
Los enfermeros que recuerdo con más cariño fueron: Alberto, Raquel, Manuel, Patricia, María y Eduardo.
Fueron mis médicos  Residentes: Marianela, Guadalupe y Yamile. ¿Qué puedo decir de ellas? Cada una, a su manera, trató de hacer lo imposible por sacarme adelante, siempre luchando contra un sistema de salud desastroso , con la falta de material para hacer las cosas minima mente indispensables como sueros y jeringas, entre tantas cosas que son extraviadas o robadas muchas veces antes de llegar al mismísimo hospital. Puedo así entender cómo es que llegamos a tener los médicos actuales luego de realizar sus residencias de la manera en que tienen que hacerla.
Este fue sólo un breve resumen de mi primer año de internación. A continuación escribí a modo de diario la que resultó ser mi internación mas dolorosa porque me mantuvo alejado totalmente de mis afectos ya que permanecí aislado casi tres meses mas y encontré como una alternativa para mantenerme lúcido el poder redactar casi diariamente lo que allí me ocurría.


Diario de “Mis días de AISLAMIENTO”

10/3/2011

Tarde de mucho calor. Miro a mi alrededor y no puedo creer lo que veo. A mi izquierda llegando una chica que viene como todos los días a visitar a su marido que hoy cumple 28 años. A pesar del calor ella siempre esta presente. Se coloca el camisolín celeste y guantes de látex, se acerca hasta la cama (220) y lo besa con un amor incondicional, pero el no responde: un accidente cerebrovascular lo convirtió en un vegetal. Me separa una pequeña pared con vidrio esmerilado, yo siempre le hablo y no se por que pero presiento que me escucha y me entiende. Muy cerquita y al oído ella le canta el “Feliz Cumpleaños” y comienzan a caerle lágrimas que bañan su rostro. Retrocede. Puedo verla frente a mi y sollozando me dice: “no se porque pero yo siento que me escucha y me entiende”. Inexplicable fue el dolor que sentí al oír sus palabras y me atreví a confesarle que, cada vez que puedo y tras esa pared, le hablo y noté que ella alivio su dolor al escucharme.
A Mario otro vecino jamás pudimos hacerle entender que permanece aislado con nosotros por estar colonizado con una bacteria intrahospitalaria. En fin… necesitaban la cama y lo mandaron a su casa.



12/3/2011

Frente mío el panorama no es más alentador: a Pedro (210) que hace tres días ya no quiere probar bocado  los médicos no deciden todavía, si alimentarlo por sonda o dejarlo que ya no quiera despertar. Nadie lo visita y dicen que vive en la calle. ¿Será por eso que ellos no se preocupan por Pedro? Yo solamente puedo gritarle “Dale Pedro levantate y come, pero siento que el ya no me escucha.

13/3/2011

Al lado de Pedro, en la cama 212,  la mirada perdida de un Señor que permanece hace seis meses en coma diabético. No habla ni se mueve y su cuerpo esta totalmente escarado. El Sí recibe la visita de su hermana, profesora de música, que todos los días le susurra una canción. El la mira y asiente con el dedo marcando el tiempo, pues claro durante 18 años dirigió el coro del Colegio de Escribanos. No puedo creer que a pesar de su estado haya cosas que no pueda olvidar como lo es su pasión por la música.

14/3/2011

Hoy los sonidos que se escuchan no son las canciones que le canta la profesora de música, ni el Feliz Cumpleaños de esa joven esposa a ese joven marido que según los médicos “NO VOLVERA A DESPERTAR” de su estado vegetativo ya que parte de su cerebro ha muerto. Ahora, yo me pregunto Si yo puedo sentir que el me escucha y entiende: ¿Habrá oído el nefasto pronóstico de los médicos dicho sin reparo alguno justo frente a su cama?

15/3/2011

Hoy pueden escucharse los gritos desesperados de Osvaldo (228) que con tan solo 24 años se va rompiendo (por decirlo de alguna manera), cada día un poco mas. Una enfermedad en sus huesos le produce una quebradura tras otra, ambos brazos, tres costillas y las dos piernas. Es muy raro lo que me pasa con el. A veces tengo ganas de cruzar las cuatro camas que nos separan y decirle: ”Basta calláte un rato” y es que tanta Metadona (un derivado de la morfina) le produce adicción y alucinaciones y tanto grito no nos deja pegar ni un ojo en toda la noche pero luego me pongo a pensar y entiendo lo que le pasa. No quisiera estar en su lugar.
Ah, olvide mencionar a mis dos vecinos de la izquierda: “Don Eloy” (224) al cual le decís “Buenos Días” y te responde “No gracias, no tengo hambre”. Indudablemente Eloy ya no escucha casi nada pero no quiere traer su audífono por temor a que se lo roben mientras duerme.
Tras su pared (también revestida con vidrio esmerilado) esta la frutilla de la torta: Un travesti que recibe tratos preferenciales llamado/a ALMENDRA y escuchar las discusiones y arrumacos (cuchi cuchi, mi Princesita) del que llama su marido, hacen un poco mas amena mi estadía en este “Gran Hotel de la Muerte” donde los hospedados tratamos de hacer lo imposible por irnos y algunos van quedando en el camino.

16/3/2011

Me anteceden el (218) del cual no se su nombre al que vi volver del quirófano sin sus dos piernas. “MALDITA DIABETES” y el (216, Sr. Kurakis) en una pequeña habitación separada que por las noches sale de su cuarto en busca de la Metadona y jeringas para inyectársela a escondidas de los enfermeros que no logran ni quieren detenerlo.

17/3/2011

Me despertaron los médicos para retirar la vía central que habían colocado en mi clavícula derecha y a la hora un shock séptico comenzó a hacerme tiritar sin parar y volvieron a repetirse las mismas acciones por parte de los médicos: hemocultivo, dos vías periféricas para subirme la presión, la colocación de otra vía central, esta vez en clavícula izquierda y recambio de sonda vesical. Resultados: una doc ena de pinchazos (ya van unos 150 aproximadamente a lo largo de mi internación, mas de 822 inyecciones de mi anticoagulante en la panza y unas 20 transfusiones) el dolor fue realmente insoportable, radiografías y tomografía sin obtener los resultados de nada de lo anteriormente mencionado.
Esa misma tarde y cuando comienzo a recuperarme de tanto dolor se produce el ingreso de la cama (208) y no es ni mas ni menos que “Bernardo” un anciano de la colectividad al que mantienen contenido (termino que utilizan en el Hospital para atar a los pacientes en la cama). Pobre Berni el solo quiere estar desnudo y hablar o exponer productos lácteos. Por supuesto que durante las primeras horas me causó mucha gracia y hasta respondí a muchas de sus preguntas o sugerencias pero tras el paso del tiempo llegó a enloquecerme mucho más que Osvaldo a quien hace ya dos días no se lo escucha. ¿Qué le estarán dando? que mantiene sus ojos abiertos pero no contesta, ni grita mas.

19/3/2011

A mi mamá solo puedo verla una hora por día. Sé que esto le produce un pequeño descanso en esta dura lucha que empezamos juntos , ya que en estos 411 días solo deje de verla 2 veces en que estaba enferma y ¡CARAJO! Que es fuerte mi vieja, nunca lloró delante mío pero puedo ver en sus ojos el dolor y la tristeza que lleva dentro suyo cada vez que nos despedimos. Siempre pensé que yo cuidaría a mi viejita pero es ella quien hoy cuida de mi.
Y nunca imagine seguir teniendo a mi lado desde el día cero hasta hoy (y a esta persona no hay bacteria que la detenga) a quien puedo llamar “AMIGA” : SILVANA que siempre esta haciéndome revivir “EL TEATRO NUESTRO DE CADA DIA” contándome los pormenores de esta pasión que nos une: “ La Comedia Musical” y muchas veces va mas rápido de lo que pueda pensar o imaginar. Tiene una sensibilidad y poder de comprensión para con el otro increíble. Una gran persona, actriz y mujer al mismo tiempo.

Escribo para decirles  que  pelearé hasta el final desde mi lugar (...).
Jajaja… ¡Pedro abrió los ojos! Me miró fijo y no necesité decirle: “DALE PEDRO SENTATE A CENAR” porque solito se ha sentado en la cama decidido a seguir en la lucha.
Vamos Pedro, tenemos que salir de acá. ¡No vuelvas a acostarte y cerrar los ojos! ¡Lo vamos a lograr! ¿Venís conmigo?

20/03/11

Turno noche dentro del grupo de enfermeros, uno de ellos regresaba de sus vacaciones. Una Sra. Sexagenaria de 1,45mts. de altura, cabello semi- recogido con ambo celeste es decir una Pitufina cualquiera. Bah… no tan cualquiera ya que ésta enfermera logró alegrarme la noche con sus insólitas acciones.
Como recién se reincorporaba sus compañeros le hacen el honor de cederle el puesto mas liviano que es sacar medicaciones y colgar sueros salvándose de las curaciones e higiene de los pacientes.
Comencé a tentarme, junto al resto, cuando le toco suministrar la primera medicación colocada en una jeringa pero para ser introducida vía oral al paciente (cama 212- coma diabético).
Se acerca y le dice: Sr.  abra su boca. Al no tener respuesta comienza a sacudirlo y a gritarle: “Sr. No se me haga el dormido que la medicación se la tengo que dar igual” y empieza a hacerle cosquillas para que reaccione. Todos reíamos pero ninguno fue capaz de advertirle sobre la situación.
“Ud. Se me hace el vivo le dijo, y le tapó la nariz al paciente e introdujo la jeringa en la boca… recién allí sus compañeros le comentan sobre el estado del 212.

El segundo paciente era mi compañero “Don Eloy” que duerme con la boca abierta. A él le tocaban los comprimidos nocturnos pero Eloy se encontraba sumido en un sueño profundo. Yo veía a la enfermera dubitativa que iba y venia de una punta a la otra de la cama examinando la situación para no volver a cometer el mismo error, entonces se acerca hasta mi y pregunta si este paciente también se encontraba en coma diabético y yo, conteniendo la risa, le explico que era sordo y a él si tenía que sacudirlo para despertarlo.
Acto seguido debía cambiar el frasco de suero que colgaba sobre mi cabeza. Imagínense con 1,45mts. de altura tuvo que recurrir a un banquito para realizar dicho cambio en conclusión termino trastabillando y prácticamente recostada arriba mío.
Allí si que no pude contener la risa.
Y el corolario de esta noche insólita concluyó con la pequeña enfermera cerrando la puerta de un armario sin darse cuenta que detrás de esa puerta se encontraba “Sabina” la supervisora de enfermería que guardaba camisolines en el armario y cayose sentada del fuerte golpe en la frente que ésta genial enfermera le propicio.

21/03/11

Pedro (210) enojado conmigo por haberlo retado luego de que una tara en su cabeza le hiciera repetir, sin parar, durante dos horas consecutivas “Me Cagué”
El que sí le hizo honor a esas palabras fue Bernardo que no sabemos como ni cuando logro desatar una de sus manos y totalmente desnudo me dijo: “Mira lo que tengo” yo suponía que se refería a los atributos inferiores que Dios le dio, pero equivocado estaba, extendiendo su mano me dijo: ¿Querés Mierdita? Y de la auténtica les estoy hablando y empezó a disparar soretes hacia las 3 camas que lo rodeaban incluido quien les habla que tapado hasta la cabeza no paraba de llamar a los gritos a los enfermeros.
Pedro logró esquivar unos cuantos pero Eloy ligó la peor parte. Quedo con la frente pintada de mierda que le arrojo Bernardo. Lo mas gracioso dentro de tanta asquerosidad es que cuando los enfermeros intentaban bañarlo él les decía que el agua no debía derrocharse y que solo es lógico utilizarlla para las comidas y no desperdiciarla en lavados absurdos.

22/03/11

Hoy los gritos de Osvaldo (228) no me molestan, me duelen. Los doctores permitieron a su mamá y hermana que pasen la noche junto a él. Los traumatólogos entraron a la sala con una gran pinza para cortarle los yesos que ya, prácticamente cubrían su cuerpo, esto pedido por el mismo paciente. Todo puedo contarlo porque se ve a través del reflejo de la ventana que esta frente a mí.
A su lado (234) Mauricio que tras caerse de la cama espera quejoso a los cirujanos para que suturasen su ceja que abrió de punta a punta cuando, por desaforado, quiso levantarse para alcanzar la mesa de Osvaldo y así comerse la comida que aquél ya no consumiría.

25/03/11

Extraño viernes, feriado. Con esa particularidad que tienen ese tipo de días, al igual que los domingos, amanecí con una angustia que presagiaba de alguna manera, las noticias que ocurrirían durante el transcurso del día: “HUGO MIDÓN” fallece marcando un antes y un después en la historia de los musicales infantiles de nuestro país y Osvaldo (cama 228) con el que a veces me enojaba mucho comenzaba a apagarse. Sus familiares rodeaban su cama y el párroco del Hospital oró junto a ellos y los médicos les informaron que ya no había nada que hacer, más que acompañarlo hasta que la última bocanada de aire lo despida de este “Gran Hotel de la Muerte”.

27/03/11

Osvaldo (228) se bajó del tren luego de una dura y muy triste agonía de casi 3 días que comenzó el viernes feriado y terminó en ésta mañana de domingo en que desperté con el llanto desconsolado de su padre que recién llegaba de Perú para despedir a su hijo.
¡Qué difícil y dura se hace ésta vida cuando ocurren este tipo de cosas! Y no puedo evitar sentirme culpable por haberme enojado con él tantas veces cuando éste deliraba de dolor.
¡Detesto los días domingos! Y más ahora que me veo imposibilitado de hacer teatro los fines de semana.
Faltan pocos días para salir de acá y tengo miedo de no llegar.
Pedro me está ganando.
Hoy preguntó a los enfermeros si podía salir a la vereda un rato cuando hace una semana atrás no quería sentarse ni para comer, bueno pues ahora ya se quiere ir.
Hoy es Pedro quien me dice ¡Vamos Rodrigo, sentáte no cierres los ojos!
¡Lo vamos a lograr!

29/03/11

Desde la mañana que Mauricio (234) vecino del difunto Osvaldo, está rogando a los gritos por atención médica, siempre aduciendo que “le falta el aire” indudablemente y atendido recién cuando se desvaneció en el piso, ésta vez era verdad y médicos y enfermeros lo subieron al mismo tren que se llevó a Osvaldo.
Intento por todos los medios de no pensar de acelerar el tiempo pero lamentablemente no puedo hacerlo.
Soy sólo el (222) que quiere salir de acá antes de que me suba a ese tren que viene arrasando con la mayoría de mis compañeros de aislamiento.

01/04/11

Trato de rescatar el lado cómico de las cosas que me pasan en éste lugar o por lo menos creer que estoy viviendo una tragi- comedia para no sentir tanto dolor.
Ésta mañana desperté con el bullicio de un grupo de médicos que trataban de despertar a Bernardo (208) el (Moishe) que ayer fue llevado a cirugía para realizar una biopsia de esa gran pelota que tiene en la cabeza y no saben bien de que se trata. Bernardo se encuentra en ese estado 12 horas antes de llevarlo a cirugía y aún así lo subieron al quirófano igual; claro total Berni desvaría y no tiene familiares que lo visiten, ni nadie que reclame por él.
Lo trajeron luego de realizarle la biopsia y atribuían el NO DESPERTARSE a los efectos de la anestesia suministrada pero pasan las horas y no reacciona. Hemodinámicamente estable, con presión y fiebre normales pero sin responder a los estímulos básicos. Ayer por la tarde un enfermero ingresó en su turno y le suministró, sin siquiera leer en el parte diario lo que sucedía con el (208) los 2 mgr. De CLONAZEPAN más las gotas de ALOPIDOL que diariamente le dan.
No comprendo porque tanta negligencia, tantas equivocaciones y más tratándose de seres humanos.
Hoy extraño los delirios de Bernardo, mientras que los médicos y residentes discuten frente mío, con los enfermeros sobre aquél pequeño descuido yo hago el recuento de cuantos “pequeños descuidos” pude ver desde que estoy acá y se me eriza la piel, trato de no llorar frente a ellos porque sé que una vez más acelerarán el pasaje de Bernardo en el tren que viene arrasando con la mayoría de los que quedaron en “aislamiento” y pienso: ¿Tienen derecho de disponer de nuestras vidas de esa manera? En éste País no existe la eutanasia pero SI están éste tipo de médicos residentes y enfermeros que la practican con sus pacientes impunemente y nadie se entera de ello, claro total ¿Quién reclamaría por esas personas que suben al tren sin haber sacado un pasaje?
Perdón por tantas pálidas pero el dolor de lo que siento y lo que veo me sobrepasa, por cierto el psiquiatra que me atendía periódicamente dejó de venir desde que me encuentro en ésta sala de aislamiento ¿Por qué será?
Falta una semana para irme de acá y estoy alerta a cada medicación que me dan y hasta cuando toman mi presión.
Más allá de todo esto sigo riendo con las metidas de pata de la PEQUEÑA enfermera y les cuento que Pedro ha mejorado notablemente y habla como nunca antes lo hizo.
Por mi parte he comenzado a sentarme en la cama para poder irme en silla de ruedas, no es fácil, me mareo pero tengo Fe que lo voy a lograr.


03/04/2011

¡Odio los domingos! Desde la mañana que sin saberlo no orinaba (estoy sondeado y no controlo esfínter) en consecuencia a las 16Hs me desmayo, pues la presión estaba en 22- 14. Claro un globo vesical se produjo por haberse tapado mi sonda. Hecho predecible y que una vez más podría haberse prevenido por negligencia de los médicos ya que hacía dos días yo venia informando sobre dicha sedimentación y no quisieron hacer el recambio de la misma para que esto no sucediera. Rodeado de residentes desperté los que intentaban, por todos los medios, extraerme sangre y colocarme una vía para pasar medicación. Pinchazos y más pinchazos peleando, pero sólo con gestos ya que no podía hablar ni abrir los ojos, es que accedo consintiendo con mi cabeza para que me lleven a terapia intensiva, algo que no pudieron hacer porque la sala estaba completa e intentaron por PAMI trasladarme al Hospital Español.

04/04/2011

Una vez resucitado y pasando casi más de 20Hs llegan los camilleros de la ambulancia de PAMI para trasladarme al Español. Obviamente que en ese momento y luego de estar enchufado a una bomba que me pusieron para pasarme DOPAMINA, lo menos que recibieron de nuestras bocas fueron las Gracias por los Servicios Prestados y sobre todo por la rapidez con que actuaron ante el caso.
Les aviso por si alguna vez llegasen a necesitar de dicho servicio, traten de resucitarse solos, aprendan a suministrarse la dopamina e hidrocortisona que suelen ser los medicamentos a utilizarse en estas ocasiones.
De más está decirles que la noticia de una nueva infección urinaria recurriendo a la medicación endovenosa correspondiente durante 14 días más, me trastornó la existencia. Otra vez veía retrasada mi salida de este lugar y, lo que es peor, hasta mi vecino Eloy comenzaba a perder la cordura.

05/04/2011

“Cena celebrada para Socios Vitalicios del Club San Lorenzo”
Así he decidido titular a ésta noche en que los tres compañeros que me rodeaban parecían haber perdido la razón.
Todo comenzó, luego de despedir a Mónica (la esposa de Eloy, siendo las 21:30hs) este despierta gritando: ¡Mozo, venga por favor! Yo trato de hacerlo reaccionar pero me dice: “Buen provecho muchacho” pues claro, estaba convencido que nos encontrábamos en la cena de San Lorenzo y que necesitaba del mozo para que le cobrase la cuenta y así poder irse a su casa. Mis explicaciones no lo convencieron para nada y sumado a este delirio Bernardo que despertó de su sueño profundo que duró 4 días luego de practicarle una biopsia y que respondía diciéndole : “tranquilo Shhhhhhhh...no grites que es muy simple , viene el mozo, le pagamos la cuenta y seguimos consumiendo”. La situación era tragi- cómica. De Bernardo (208) podía esperar cualquier cosa ya que claro, sabía que no estaba en su sano juicio. Imagínense que ya fallecida su esposa la sentaban en la mesa junto a su hija y le seguían dando de comer. Pero Eloy tenía sus desvaríos propios de la edad (79 años) tal vez despertando de vez en cuando un tanto desorientado en tiempo y espacio pero nunca éste delirio constante.
Por Eloy y su señora Mónica siento un cariño particular, él es mi vecino inmediato, ella permanece en el Hospital durante casi todo el día y tratamos de cuidarnos mutuamente, por eso me preocupaba tanto la situación, creía que aquel viaje imaginario de Eloy ya no tendría retorno y cuando pedía ayuda a los enfermeros ellos minimizaban los hechos en vez de fijarse que la presión aumentaba por el globo vesical y la retensión de líquido del pobre hombre. La peor parte fue cuando decidido a salir del Bar donde se celebraba el agasajo e imaginariamente nos encontrábamos se dio cuenta de que ya no podía caminar debido a una operación en la pierna luego de trastabillar al tratar de atarse los cordones de sus zapatos.
Este momento se repite de manera constante en mi cada vez que sueño y despierto tratando de caminar y caigo en la cuenta de que ya no puedo hacerlo, convirtiéndose éste en un momento terrible y doloroso que supongo forma parte de ese “NO ACEPTAR” todavía lo que me está pasando.
Pero bueno retomando mi relato Bernardo preguntaba una y otra vez a Sergio (teóricamente ése es mi nombre para él ya que nunca quise darle el original, para que no me torture llamándome a cada rato) sobre cuanta sería la distancia que lo separaba de la cama de Eloy ya que se le había ocurrido la brillante idea de proponerle unir sus dos sábanas y pedirle a Sergio (o sea yo) que se las ate y así juntos huir del hospital, lo más gracioso es que Berni estaba atado y por más que Eloy extendió su sábana, el pobre de Sergio (yo) jamás podría unírselas ya que sólo un milagro lograría que llegara hasta el medio de las mismas. En fin entre los tres no hacíamos uno y lo más gracioso es que Pedro se había sentado a orillas de su cama y viéndonos me dijo: ¡Ayyy Rodrigo ahora vos también! Menos mal que fueron esas sus palabras y no “NO ME DEJEN AFUERA” lo que quería decir que Pedrito estaba mejor que todos nosotros juntos y yo sacando mi pasaje pero no para el “Tren de la Muerte” sino para la ambulancia que lleve derechito al Borda (Neuropsiquiátrico).
Entre tanta confusión decidí colocarme los auriculares y dormir para no escucharlos mas.

06/04/2011

¡Qué Julepe esta mañana!
Con Eloy tenemos el acuerdo de despertar al otro en caso de encontrarnos dormidos cuando llega el desayuno. El asunto es que abro los ojos y el desayuno hacía media hora que estaba en nuestras mesas. Miro a mi izquierda y empiezo a gritarle para que despierte (les recuerdo que está prácticamente sordo) y ¡nada! Comienzo a pedirle ayuda a los enfermeros quienes a su vez avisan a los residentes y entre otros realizan, al mismo tiempo el procedimiento habitual por el que pasé yo el domingo y por suerte de un tironazo logran bajar a Eloy del trencito con destino al más allá, aunque quedó a en el más acá pero casi en el mismo estado mental que Bernardo. Espero que trayéndole Mónica (su esposa) el audífono, pueda ubicarse mejor en el tiempo y espacio.
Me causa mucha gracia porque mientras escribo lo sucedido Pedro parece hacer flexiones de brazos sentado al borde de la cama.
Yo, imaginándome lo que pasaba le pregunto y él responde con su más tremenda cara de dolor: ¡Ay Rodrigo es que hago fuerza y fuerza pero no me sale! Entonces le sugiero que continúe realizando dichas flexiones, pero si no repetía al mismo tiempo “SAL SORETE MALDITO DE MI CUERPO” EL SORETE NUNCA SALDRÍA Y Pedro repetía “SAL SORETE; SAL” hecho que provocó la risa de todos pero que efectivamente surgió efecto.
Mi otro vecino el (218) se va de alta en unas horas pero sin sus dos piernas y “ALMENDRA” (226) también recibió su alta, sólo que su marido no quiere llevársela al hotel donde vivían hasta que esté rehabilitada y por lo menos logre manejarse solo/sola mientras él sale a trabajar en su taxi.
Tengo una noticia que certifica que “en la vida hay que intentar cosas para ver si funcionan” (TAO) y que otra vez más los médicos pueden equivocarse en su diagnóstico: Armando (220) el joven al que le hablo tras el vidrio esmerilado que nos separa hoy logró sentarse y no sabemos como ni en que momento lo logró. Estoy seguro que las ganas que tiene de vivir y no dejar que el tren le pase por encima es mucho más fuerte que cualquier pronóstico nefasto. Todavía no emite sonidos pero responde físicamente ante un montón de estímulos que ya habían sido descartados por los “PERFECTOS” Doctores que ahora dicen jamás haber dicho eso.
Cuanta soberbia y, al mismo tiempo, cuánto subestiman a los pacientes y familiares.
Mi mamá ya tiene las llaves del departamento y mañana comienza a llevar las cosas.
¡Cada vez falta menos!
Bastó que escribiera ésta última frase (21:30hs) para que me bajen a hacer una radiografía de la vía que ésta mañana me colocaron en el cuello, para que una vez más, otra mala noticia me llene de tristeza por el sólo hecho de pensar que mi estadía en el “Gran Hotel de la Muerte” se prolongaría por largo tiempo más, dependiendo todo de una ecografía que me realizarían mañana por la mañana y entonces pasaré a contarles el nuevo pronóstico.

07/04/2011

“Habrá Primavera”
Ese título puse al tema principal del musical de mi autoría “LAS 5 MUJERES DE SADE” en la que en su estrofa principal, Marie Constante Quesnet la mujer que tuvo contacto con el Marqués durante su estadía en el asilo de Charenton (loquero) le cantaba en cada una de sus visitas:

“Habrá Primaveras
En que puedas soñar;
¡Cruzando éstos muros
Tendrás libertad!”

Y pasados casi 7 años de aquél musical hoy siento en carne propia aquélla letra ya que la mujer le prometía estar tramitando la salida de SADE de aquél asilo para la próxima Primavera. Lo mismo me sucede con mi vieja y los médicos siempre prometiendo que en 15 días más estaré fuera de acá.
Hoy quedé en contarles cual sería mi nuevo pronóstico que no podré decirlo hasta la próxima semana ya que no andaba el ecógrafo del hospital y mañana viernes hay paro de médicos en fin, espero exista para mi esa Primavera como la que esperaba el Marqués que nunca llegó a verla ya que falleció sólo y aislado un invierno en el loquero de Charenton.


09/04/2011

Madrugada de sábado (5:00 AM) hora en que nos despiertan para higienizarnos, de fondo se escuchan los gritos de Pedro al que dejaron bajo la ducha ya que estaba cagado hasta la cabeza y como parece tenerle alergia al agua pegaba alaridos cual día del juicio final. Gracias a Dios mi amiga Moni mamá de Ale y otro ángel en mi vida) me trajo la tarde anterior un aromatizante de ambientes. Otro escándalo era el baño polaco en cama que le proporcionaban a Bernardo (208) que encima se rascaba como si tuviera piojos y le colocaron una gorra de las que utilizan para llevar a quirófano que no puedo explicarles como lo cómico que se veía con esa pelota que tiene en la cabeza. Pedro volvió chinchudo de su baño y ni hablar de Berni que no quiso ni desayunar por el desperdicio de agua que derrochron al bañarlo.
Yo, para divertirme, comienzo a hacerle preguntas como por ejemplo cuantos años tiene y jamás me responde la verdad, siempre con evasivas (y eso que para los números no le falla una) entonces y para romper el hielo y arrancarle una sonrisa le pido que me diga de que cuadro de fútbol era simpatizante y rompimos en risas cuando el que responde es Pedro : “Y… de qué cuadro va a ser este tarado… de DEMENTES UNIDOS” Creo que pasaron más de cuatro horas y seguimos riéndonos de la salida de Pedro que logró arrancarle una sonrisa a Berni quien en estos momentos, está masticando partecitas del algodón del pañal que destruyó al lograr desatarse una de las dos manos (como la loca que salió en las noticias de EE:UU: que consume a diario la parte interior de los sillones o colchones de su casa). Por suerte el “socio vitalicio” de San Lorenzo, mi vecino ELOY parece haber recobrado la cordura, menos mal, porque en un momento creímos que se cambiaba a DEMENTES UNIDOS con Bernardo.
Lástima que mi celular saca fotos muy feas, sino les juro que el cuadro es para fotografiarlo: yo con el camisolín con florcitas que me pusieron como última alternativa porque estaba hipotérmico más la cara de Pedro que no paraba de reír, de su propio chiste, mas Berni que simula un barra brava con el gorro en la cabeza y Don Eloy con la sonda naso gástrica que, pegada en su frente, para que no se la arranque parece un UNICORNIO, digno de pertenecer a la foto del año que concursara para Clarín en la revista de los domingos.
De Mariano, el 9º integrante de ésta sala de aislamiento nunca les hablé porque siempre estoy esperando conocerlo, por lo menos verlo de refilón cuando me llevan a hacer algún estudio.
El es el niño mimado de la sala, tuvo un ACV hace más de un año y no logra recuperarse, es muy querido por todos, tiene traqueotomía y una operación por la cual le ingresan alimento directamente al estómago por un orificio que le practicaron en el abdomen, pero como todo aquí ocurre al revés, nunca pudieron darle con la tecla a la bomba de alimentación y siempre le termina saliendo la comida por cuanto orificio existe en su cuerpo.

10/04/2011

Mañana de domingo, estoy despierto desde las 5:00 AM en que nos deberían higienizar pero ya y por tercer domingo consecutivo nos saltean a Eloy y a mi.
Es tan humillante el quedarse esperando sucio en la cama sin poder hacer nada. Intenté seguir durmiendo pero Bernardo no nos dejó, cada vez que lo mojan queda completamente alterado y ahora siendo las 11hs duerme como un bebé, juro que me dan ganas de tirarle con algo para despertarlo.

11/04/2011

Sigo esperando que me hagan el estudio de la vejiga pero, otra vez lo patearon para mañana.

12/04/2011

Comenzamos el día con un careo general sobre las higienes que “NO” hicieron las enfermeras de ayer por la tarde. Una vez más seguimos pagando las consecuencias del desastroso sistema de salud que tenemos. La verdad que estoy aguantando estos últimos días en el Hospital gracias a las ocurrencias de Bernardo y los enojos de Pedro.
Paso largas horas del día observándolo y me divierto tanto porque, solo Berni se enoja si lo quieren lavar, tratando a los enfermeros de asesinos y criminales, pero el resto del día parece ser Feliz: sonríe, mueve sus pies al son de la música, canturrea canciones en hebreo y todos los días tiene una obsesión diferente, por ejemplo hoy no paró de hablar de los talonarios de factura (parece haber tenido negocio de telas en el Once) otras veces son los lácteos, pero la mayor parte del tiempo habla, imaginariamente con su hija “TAMARA” y cuando de repente deja de verla comienza a preguntar a donde se fue. Y yo lo cargo diciéndole que Tamara está teniendo sexo con el novio entonces se pone serio (esa técnica utilizo para callarlo un rato) salvo hoy que cuando le dije sobre el paradero de su hija comenzó a llamarla y decirle “Tamara, Tamarita MIRA QUE LO SE TODO Y ¡CUANDO DIGO TODO ES TODO EH! ¡OJITO CON ESE MUCHACHO! Definitivamente me sacó la ficha y ya no hay nada que lo calle.
Dios mío, tiene 92 años y parece ser tan feliz, además, es el único de la sala que camina que camina por eso lo mantienen contenido (atado de pies y manos)
Como son muy pocas las veces que le dan de comer, suelo pedirle a la esposa de Eloy que le desate una mano y le acerque la comida y no se imaginan el desastre que hace con las bandejas.

13/04/2011

Desperté con un enfermero al lado que tenia la orden de realizarme una extracción de sangre para análisis.
No tuve más remedio que negarme con la idea de conseguir que de una vez por todas me realizaran los estudios que se venían postergando desde hace ya varios días y que estando a 48hs. del alta siempre se suspendían sumado a otros hechos que no se realizaban como el recambio de mi vía central para que ésta no se infecte y el pedido de que los infectólogos vengan a verme e indiquen como tomar una nueva medicación para no interrumpir el tratamiento.
Los resultados logrados fueron un paseo por todo el hospital, que me acompañaron a modo de despedida, los residentes que me atendieron durante mi internación, aunque creo que en realidad lo hicieron, porque sabían que los procedimientos de dichos estudios eran completamente invasivos..
Un estudio de URODINAMIA cuyos resultados dieron que mi vejiga es muy pequeña y acodada por lo que no puedo seguir sondeado ya que las infecciones urinarias son cada vez mas frecuentes y mañana me enseñarán a realizarme manualmente por medio de un catéter la extracción de orina.
A las 16hs. terminamos con los estudios y volvimos a la sala donde se encontraba mi mamá que venía de realizar los trámites de PAMI donde le dijeron que la atención domiciliaria llevaría su tiempo en realizarse. Ahí comprendí cuan discapacitado estaba, como cambiarían las cosas de ahora en mas y que definitivamente no estaba preparado para dicho cambio.
Tal vez no era conciente de lo que mi madre podía llegar a hacer con sus 70 pirulos demostrándome siempre una entereza tal que hoy decantó, como todas las cosas que caen por su propio peso: Ella tampoco está preparada, ni su cuerpo puede afrontar la situación y sería muy egoísta si le exijo tal cosa.
Con la sensibilidad a flor de piel más que nunca y mi cabeza tratando de buscar soluciones, otro hecho me produjo la extraña sensación de que me encontraba conectado con Bernardo de una manera especial El con su cuerpo expresaba lo que yo no podía, ni siquiera, con palabras.
Berni temblaba por completo de pies a cabeza y sosteniéndose del borde de la cama desesperadamente pedía ayuda aduciendo esos temblores a encontrarse “ATERRORIZADO”. Si, el mismo Bernardo que les conté parecía sentirse tan feliz y era muy difícil hacerlo enojar pues hoy pude ver, a través de sus ojos, el dolor, miedo y angustia que no era más que lo que yo sentía también.. Pero cuando sostenido de la mano de los residentes comenzó a llorar y pedirles que no lo suelten porque se estaba cayendo en un pozo profundo y oscuro, mi corazón pareció no poder más, y lo peor de todo es que me siento tan discapacitado para todo no siendo capaz siquiera de tomarle la mano y así poder ayudarlo.
Ahora duerme, lo doparon con algo, nunca lo vi así y los médicos tampoco.
Siempre resurgí de las cenizas como el Ave Fénix salteando errores que cometí en mi vida y puedo asegurarles que fueron muchos y si es cierto el refrán que dice que “TODO SE PAGA EN ESTA VIDA” puedo asegurarles que estoy pagando mis errores con intereses mas IVA.
Son las 12 de la noche y ahora puedo llorar tranquilo sin tener que taparme la cara ya que, prácticamente, médicos y enfermeros no me permiten hacerlo. Comenzó a llover, cosa que me produce la misma sensación que los días domingos. Bernardo duerme como un bebé y es hora de que yo también haga lo mismo.

16/04/11

¡Otra vez domingo! Y lo peor es que sigo en este “Gran hotel de la muerte”, parezco ya pertenecer a las paredes de esta institución  pública  que no es mas que otro claro ejemplo de la inconciencia de lo desastroso que es nuestro sistema de salud, modelo económico y educativo.
Durante todo el santo día los dos únicos médicos que cubren los tres pisos de internación con ochenta pacientes aproximadamente en total, trataron de sacar adelante a Bernardo (208) que debería haber sido trasladado a terapia intensiva pero como ocurre siempre “no había lugar”, por lo que todo el proceso de reanimación del paciente se realizó frente mío, así que pude ver todo lo que le hacían a Berni como si me pasara a mi.
Pedro, que se portó peor un chico tratando por todos los medios de llamar la atención de cualquiera, nos terminó agotando.
¡Cómo hacerle entender a Bernardo que la cantidad de pinchazos que recibía y aparatos que lo rodeaban eran para sacarlo adelante?...
Cuando el dolor te supera no hay manera de entender que todo se está realizando por tu propio bien (y puedo dar fe de eso) y, mucho menos lo entendería alguien que, como él, no estaba en sano juicio.
Hubiese dado todo lo que tengo para poder salir de mi cama y abrazar a Bernardo tan fuerte como me fuera posible.
En éste tiempo me he convertido en el delegado gremial de los pacientes. Médicos y enfermeros recurren a mi cada vez que quieren arreglar algún desastre producido en éste manicomio.

17/04/11

Bernardo sigue mal y yo con una crisis de nervios por no poder dormir hace casi ya una semana.
No hay pastilla que me haga efecto y por las noche parecieran potenciarse todos los delirios juntos, entre los gritos de mi vecino Eloy y los enfermeros que encienden y apagan las luces continuamente, mas la histeria que tengo porque PAMI da millones de vueltas para que pueda irme a mi casa, creo que me volveré loco en cualquier momento.
Luego de irse los psiquiatras  y rogarles que me mediquen de tal forma que pudiese descansar un poco llegó mi vieja, luego de hacer mil trámites, y me las agarré con ella. Hasta le dije que se fuera y no volviera más. Ella me abrazó tan fuerte y lloramos tanto que, por lo visto, era lo que estaba necesitando: ¡hacer catarsis de alguna manera!.
En teoría mañana podré irme: ¡ya no puedo más!.

18/04/11

Madrugada de martes. ¡No puedo dormir!. Eloy que llama sin parar a la jefa de enfermeros para avisarle que se había dado cuenta que ya no puede manejar sus piernas ( cuando estuvo toda la tarde moviéndolas y haciendo ejercicios) y al no tener respuesta por parte de los enfermeros que dormían en la otra sala comenzó a llamar a los gritos a su mujer… Bernardo que resucitó y está mas loco que nunca cantó toda la noche sin parar: Fichte… Fichte… Fichte…!Vaya Dios a saber que canción era y de dónde la sacó, pero se encontraba totalmente desnudo (nadie entiende como estando atado logra sacarse el pañal siempre) y, enmerdado de los pies hasta la cabeza, creo que se sentía en “la gloria”, mas feliz que nunca hasta que, por supuesto, llegaron los enfermeros y dieron un baño polaco en la cama y el agua, a la que tanto le teme, lo calló. Ahora son las siete AM y ellos duermen plácidamente mientras que el resto estamos con los ojos abiertos como zombies…
Faltan pocas horas para pedir la ambulancia pero hasta que no venga no lo puedo creer…
A las 15hs, frente mío, los camilleros de PAMI preguntando por el paciente de apellido “Machado” (al fin escuchar mi apellido por una buena noticia), al que deben trasladar a su domicilio: ¡Increíble!. Me asustó mucho el hecho  de que hayan venido con silla de ruedas y no con camilla. Inmediatamente les comenté sobre mi estado de salud e imposibilidades que tenía para poder transportarme de la cama a la silla pero el camillero me dijo: “vos quedate tranquilo que llevo mas de 20 años haciendo esto y VAMOS A PODER. En un minuto me encontré sentado con un cinturón sosteniéndome el torso. Al principio me mareé por completo y todo me daba vueltas. Como pude saludé a mis compañeros de aislamiento: Pedro, Eloy y Bernardo, pero cuando empezamos a transitar por los pasillos del hospital y el aire tocó mi cara comencé a reponerme.
Al llegar a la ambulancia me preguntaron si quería que me pasasen a la camilla y les dije: “no, así estoy bien, solo quiero salir de acá”.
Desde la ventanilla pude volver a ver la calles, el tránsito, en fin… la vida exterior de la cual me sentí excluido todo este tiempo. Una sensación de inexplicable alegría y dolor al mismo tiempo que no puedo describir con palabras y mucho menos decirles lo que sentí al entrar a “mi nueva casa”. Pasados unos minutos recibí la visita infaltable de Silvana y Valeria que me terminaron de alegrar la tarde.
Gracias Vieja… AL FIN LO LOGRAMOS!!!!!!!!!
Silvana y Zulema su mami estuvieron siempre en cada momento de mi internación, Valeria, Marcela, Roberta, Alejandro, Juanjo, al grupo “Ser Humano” por haber aparecido en mi vida. Mónica y Ale, dos ángeles para mi y mi mamá, Ivana (mi proveedora de hielo oficial), Susana y Alejandro que aportaron presencia ante médicos que siempre creían tener la razón y la gente que se hizo presente durante este año y tres meses de calvario. Diego Veronesi, Cristian Domini, Ezequiel Pedro y Andrea, Ana y Alfre, Lisandro, César, Cecilia, Julián, Fernando, Carla, Jorge quien trajo a mi vida a Elba un ser de luz, Germán, Susana de Carlo, César con su habitual humor de la sala de ensayos, Nico y Colo, Pamela, Estéban, Javier, Martín, Diego, Santiago, Rosana, María, Densy, Daniela, Víctor y David.
A mi gente de Córdoba Maximiliano Monteros, Kendall, Gioia Falco, José Luis Moreno, Fabiana Mizdraje, Ivanna Martin, Julia Agüero, Virginia Urrutia, Silvana Scabarda, Daniel Pivatto, David Amaya, Marcela Bustos, Carolina Ledesma, Paola Guzmán; Carlos del Boca, Daniela y Cynthia Velazquez, Laura Marcolini, Gabriela Megías y Carla Carranza (hermanas del alma) Javier y Rodolfo Machado, mi papá y a todos los que desde mi querida Córdoba rezaron y mandaron mensajes de aliento y que me mantuvieron vivo.

Llegó la primavera, ahora a seguir luchando y tratar de rehabilitarme  tanto como me sea posible
Puedo ver atrás ese “GRAN HOTEL” y ahora a comenzar una nueva vida!
GRACIAS A TODOS!




    RECUERDOS